¿Cuál es el problema?
La violencia sexual utilizada como táctica de guerra es especialmente destructiva. Deja en las víctimas una pesada carga de daños físicos y psicológicos para el resto de su vida. Más allá del individuo, daña a familias y comunidades enteras. Al cometer violencia sexual relacionada con el conflicto en público, o al coaccionar a miembros de la familia y de la comunidad para que presencien o participen en atrocidades, estos crímenes afectan a toda la comunidad, destruyendo los vínculos y las relaciones sociales. Utilizada como táctica de guerra, la violencia sexual pretende desmoralizar a una comunidad o a todo un grupo étnico, destruyendo su resistencia y su capacidad de reconstrucción y recuperación.
Red mundial
Junto con la Red Mundial de Víctimas y Supervivientes de la Violencia Sexual en Tiempos de Guerra (SEMA), luchamos por un mundo en el que la violencia sexual deje de utilizarse en los conflictos, y en el que los Estados exijan responsabilidades a otros Estados y cumplan sus obligaciones internacionales adoptando medidas concretas para prevenir, responder y reparar los graves daños que causa la violencia sexual.
SEMA emite el Llamamiento a la Acción de las Supervivientes no sólo para buscar mejoras en sus propias vidas, sino para evitar que se produzcan actos de violencia similares a otras personas en situación de riesgo hoy y en el futuro.